¡Hola! El famoso volcán Eyjafjallajökull y las protestas ante la crisis económica hizo que Islandia tuviera su espacio en los medios durante una buena temporada. La consecuencia es que se ha convertido en un destino muy popular. Reciben algo más de un millón de turistas al año. No está nada mal, más si tenemos en cuenta que son unos 330.000 habitantes.

ReykjanesPeninsula_ISLANDIA

Cuando me invitaron a conocer «los secretos del bacalao» no lo dudé. Si no fuera por las escalas, no está tan lejos. Además, «es Schengen», no hay euros, pero se puede viajar con el DNI.

PLANTABACALAO_ISLANDIA

Llegué un lunes. Bastante cansado. Cenamos en el mismo hotel. Al día siguiente empezó lo interesante. Furgoneta destino Gardur, un pequeño pueblo en la península de Reykjanes. Allí está Nesfiskur, un planta de procesado de bacalao, donde nos explicaron el proceso y nos presentaron el proyecto de comunicación del bacalao de Islandia.

PUENTEENTRECONTINENTES_ISLANDIA

Con tan pocas horas de sol, apenas cinco, había ganas de estar fuera, así que nos acercamos al «puente entre continentes». Como se puede leer en la web de la península de Reykjanes, el puente representa uno de los límites del mundo entre las placas principales de la mitad dorsal atlántica. Según la teoría de la deriva continental de Eurasia y el Norte de América, las placas tectónicas están en continuo distanciamiento con grandes fuerzas que dejan grietas abiertas. Como las placas divergen, las fracturas lineales, conocidas como fisuras, se forman debido a las tensiones creadas. Es la gracia del puente :)

SOPADECIGALAS_ISLANDIA

Nos adaptamos con facilidad a los horarios islandeses. Así que antes de la una ya estábamos sentados para disfrutar de la que, para mi, fue la mejor comida de todo el viaje. Una sencilla sopa de cigala en un pequeño restaurante, el Bryggjan, situado en el puerto de Grindavik. El formato me gustó mucho. En una pequeña mesa había dos grandes ollas, una con sopa de cigala y otra con sopa de champiñones. Además, pan y mantequilla. Te servías y a la mesa. La sopa cremosa, mucha nata y, sobre todo, muy muy sabrosa. Caerá versión.

ANZUELOS_ISLANDIA

A un paseo está el Salt Fish Museum. Pequeño y acogedor, ideal para una visita rápida. Sin salir del pueblo, visitamos dos centros más de producción de bacalao y también tuvimos la oportunidad de subirnos a un barco pesquero. Impresionantes los miles de anzuelos, que forman kilómetros, con cebos diversos, con el calamar como uno de los habituales. La limpieza del bacalao se hace en el propio barco, recién pescado. En menos de 48 horas puede estar fresco en la mesa de un restaurante francés o en salmuera, que a nosotros nos gusta más salado.

THEBLUELAGUN_ISLANDIA

Para descansar un poco del bacalao, nos acercamos a una de las mayores atracciones turísticas del país, The Blue Lagoon. Baño en aguas volcánicas, bien calentitas, aunque si te ponías de pie estabas a dos grados. Relajante, muy agradable. También cuentan con restaurante y, aunque no era hora de cenar, degustamos algunos platos del chef Thrainn Freyr Vigfusson con profesionalidad.

RUDOLF_ISLANDIA

Tras un breve receso, cenamos en Verbud 11, un pequeño restaurante familiar en el puerto de Reykjavik. De todo lo que probamos, me quedo con el carpaccio de reno, fue poético comerse a Rudolf.

NORDURSALT_ISLANDIA

Al día siguiente, antes del amanecer, estábamos de nuevo en camino. Hasta las once no asoma el sol, así que no tuvimos que madrugar mucho. El día dedicado a Reykjavik lo empezamos en Nordur Salt, una pequeña empresa dedicada a la producción de sal en escamas, un proyecto muy interesante, dado que utilizan energía geotérmica para calentar el agua de mar, así que es una de las producciones de sal más sostenibles, sino la más. Además de la tradicional, tienen ahumada, de ruibarbo o de frutos del bosque, entre otros aromas.

skyr_islandia

Ya con algo de luz nos pasamos por Burid, una tienda gourmet, situada en un antiguo edificio portuario rehabilitado. Allí, Eirny Sigurdardottir, nos lo contó todo sobre el skyr. Muy conocido como un «yogur sano», lo cierto es que es un queso islandés de elaboración tradicional. Muy fresco y cremoso.

Salt Eldhus_ISLANDIA

Sobre las doce tocaba cocinar. Salt Eldhus es un espacio espectacular. Una cocina enorme, bien equipada, ideal para clases y eventos. Allí nos liámos con elaboraciones locales, algo adaptadas. Mucho bacalao, como no podía ser de otra manera. Curiosidad: a la kokotxa la conocen como «gella», que allí es sinónimo de «tía buena».

TIBURON_ISLANDIA

No estaba prevista una visita a una pescadería tradicional. Mi insistencia lo hizo inevitable. No podía irme sin probar el famoso «tiburón podrido». Lo pude hacer en Fiskbúðin Sundlaugavegi. Además, nos explicaron que el día 24 lo tradicional es comer mantarraya fermentada. Muy fuerte de sabor. El olor a amoníaco podía con todo. Me encantó la experiencia.

Grillid_ISLANDIA

Tras un paseo por Reykjavík tratando de digerir con agilidad para poder disfrutar de la cena, tocaba completar el viaje en el restaurante Grillid. Clásico, en el ático de un hotel, con vistas a toda la ciudad. Su chef, Sigurdur Helgason, ha participado con buenos resultados en el Bocuse d´Or 2015.  Temía una cocina afrancesada, ostentosa por acomplejada. Nada más alejado de la realidad. Un menú muy elegante. Sabores suaves, texturas perfectas. Jamás había probado un cordero no lechal tan rico. Gran cena, sin duda.

Al día siguiente, desayuno rápido en el hotel y vuelta a casa. Ha sido una excelente manera de rematar el año. A ver qué recetas van cayendo. De momento, este experimento. Espero que os guste. Abrazos.

Falsa croqueta de bacalao

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Ingredientes

  • 200 g de bacalao desmigado
  • 2 cebollas
  • 6 dientes de ajo
  • ½ l de leche
  • 50 g de harina
  • 2 huevos
  • 1 ramillete de perejil
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Pimienta negra
  • Sal

Instrucciones

  1. En una olla alta ponemos un chorro de aceite y añadimos la cebolla y el ajo todo bien picado. Salpimentamos, removemos y dejamos pochar.
  2. Cuando la cebolla empieza a transparentar añadimos el bacalao desmigado y desalado. Removemos con energía hasta que quede bien desmenuzado.
  3. Hacemos un hueco en el centro, añadimos un chorrito de aceite y en él sofreímos la harina hasta que coja color. Removemos todo bien y añadimos la leche. Aromatizamos con un poco de nuez moscada molida. Removemos enérgicamente durante unos 15 minutos a fuego lento. Pasado ese tiempo, retiramos y dejamos enfriar.
  4. Cuando está a temperatura ambiente, añadimos la claras a punto de nieve y mezclamos con suavidad para que no pierda esponjosidad.
  5. Ponemos unas rebanadas de pan sobre una bandeja de horno y las cubrimos con la mezcla. Lo metemos en el horno con el grill hasta que se dore. Servimos inmediatamente.

Tiempo de preparación: 25 minuto(s)
Tiempo de cocción: 30 minuto(s)
Número de comensales: 4

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