¡Hola! Es una suerte que no me cueste madrugar. Muchas veces me levanto pronto sólo para desayunar con tranquilidad. Para muchos supone un gran esfuerzo. Especialmente si es antes de las ocho. Como consecuencia, se levantan de mal humor toooodos los días. No es culpa suya, pero tampoco lo es de los demás.

Hablando de este tema con un amigo, me comentó que, lo que realmente es duro, es levantarte cuando estás deprimido. ¿Para qué? ¿Es sólo un día más? Si te paras a pensarlo, es tremendo. ¿Para qué me levanto por la mañana? Es algo que no me planteo. No hay alternativa. No me paro a pensar en el motivo, simplemente lo hago.

Si tuviera que preguntármelo cada mañana, tendría respuesta. Para pasarlo lo mejor posible. Así de sencillo. Entiendo que si te sientes fatal, es difícil hacer un planteamiento así. Afortunadamente, no es mi caso.

De todo esto lo interesante es la pregunta. ¿Para qué nos levantamos por la mañana? Cocinar puede ser una respuesta. Comer bien, otra.

A ver qué os este «caviar». En realidad, es una versión del que ya publiqué cuando hice una serie de recetas de Francis Paniego. En cualquier caso, creo que es interesante el tema del caldo clarificado.

Espero que os guste. Abrazos

Caviar de caldo de jamón clarificado

490CAVIARJAMÓN_BLIngredientes

  • 1 puerro
  • 2 zanahorias
  • 1 cebolla
  • 1 cabeza de ajos
  • 2 huesos de jamón curado
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Agua
  • Pimienta negra molida
  • Sal
  • 1 clara de huevo
  • 200 ml de caldo
  • 2 g de agar-agar
  • Agua con hielo
  • Aceite de girasol

Instrucciones

  1. Ponemos el puerro lavado, la zanahoria y la cebolla pelados, lavados y troceados en una olla grande. Añadimos la cabeza de ajos cortada por la mitad y los huesos de jamón. Salpimentamos, añadimos un buen chorro de aceite y cubrimos con agua.
  2. Lo ponemos a fuego fuerte hasta que rompa el hervor. Si sal espuma, la retiramos. Bajamos el fuego y lo dejamos una hora a fuego lento.
  3. Pasado ese tiempo, lo colamos sobre una olla más pequeña y dejamos que reduzca a la mitad. Apagamos el fuego y dejamos enfriar.
  4. Batimos una clara de huevo a punto de nieve y, cuando el caldo está a temperatura ambiente, la añadimos. Encendemos el fuego y dejamos que el caldo clarifique bien. Lo volvemos a colar y añadimos 1 g de agar-agar por cada 100 ml de caldo.
  5. Lo hervimos y lo retiramos. Con una jeringuilla grande, chupamos hasta algo más de la mitad de la jeringuilla, después dejamos que entre aire.
  6. Por otro lado, ponemos aceite de girasol en un bol y lo ponemos en un baño maría de agua con hielo. Mejor que el aceite haya estado en la nevera.
  7. Sin presionar el émbolo de la jeringuilla, vamos salpicando con gotas sobre el aceite de girasol y se irán formando las pequeñas bolitas gelatinosas. Es importante no gotear en el mismo sitio antes de que se hundan, dado que en tal caso lo granos serán demasiado grande.
  8. Lo colamos con delicadeza y ya lo tenemos. Se puede servir como acompañamiento y aguanta un poco de calor. Además, es bastante estable. Aguanta bien en la nevera.

 

Tiempo de preparación: 35 minuto(s)
Tiempo de cocción: 1 hora(s) 10 minuto(s)

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