¡Hola! De vez en cuando se calienta el debate sobre los niños en los restaurantes. Generalmente, los que somos padres nos irritamos y los que no, entienden que tiene sentido limitar su acceso a ciertos restaurantes. Aunque esta es una manera de verlo bastante simplista.

Para mi los niños, así, en general, no suponen ningún problema. Lo problemático son los niños mal educados y los padres irresponsables.

Todos hemos sido niños y todos nos hemos comportado como tales. Prohibir su entrada me parece un tanto egoista. Además, lo creo innecesario. En general, la gente es sensata y sabe a que tipo de restaurantes se puede ir con niños. Para qué ir a un restaurante donde no son bienvenidos. A uno de esos con mesas de dos, luz ténue y música suave.

Si me pongo a pensar, me han molestado más adultos que niños. Ahora ya no, pero tengo muy mal recuerdo de cuando en una mesa cercana alguien se encendía un puro. Te destrozaba la comida.

Los niños tampoco suelen beber de más y levantar el tono de voz hasta niveles insoportables :-)

Y todo esto lo comento porque me he cruzado con el ticket de un restaurante que indica un descuento porque los niños se han portado bien. Tienes su gracia, ¿verdad?

Vamos con la receta. Estoy un poco porcino últimamente. Ya se me pasará. Espero que os guste. Abrazos.

El Cocinero Fiel

Todo empezó en 2007. Mi tío, que por entonces nos divertía con su blog «Desde Mi Cocina», me envío un vídeo de Robert Rodríguez. Resulta que el conocido director de cine, en los extras de sus DVDs incluía vídeo recetas. Se le veía en casa, preparando una cochinita pibil. Era un formato informal, directo y breve, pensé que algo parecido podría funcionar en youtube. Subí mi primer vídeo, una receta de tortilla de patatas, se hizo viral y aquí seguimos. Desde Tarragona, compartiendo recetas y experiencias gastronómicas de todo tipo.