NÁPOLES DÍA 1: Gastronomía napolitana y visita a Pepe In Grani

Panoramica de Nápoles desde NH Napoli Panorama Hotel

Nápoles resiste. Las ciudades europeas a las que he vuelto años después están tomadas por turistas. La oferta local se ha adaptado a sus gustos y ha sido un desastre. Nápoles aguanta. Ahí están los cruceros y las multitudes que se desplazan como rebaños, pero Nápoles sigue siendo de los napolitanos. Una ciudad caótica, dura, donde se vive con intensidad. Supongo que tiene que ver con la amenaza constante del Vesubio. Algo que forja carácter.

Se tiene la creencia de que la gente busca experiencias auténticas, pero es mentira. Quieren llegar y que haga un sol maravilloso y plantarse en el hotel en diez minutos y si llueve a cántaros y estás parado en un atasco, entonces es un drama. A mí, en cambio, conducir sobre adoquines esquivando motos me pareció una manera ideal de sumergirme en la vida cotidiana napolitana.

Sfogliatelle en la pastelería de Luciano Mazzone

Tras dejar el coche, me planté en el Mercato Pignasecca y, tras un breve paseo, tocaba desayunar una sfogliatelle en la pastelería Luciano Mazzone, una de las muchas recomendaciones que me hizo Eric Ayala. Luciano es un tipo peculiar y ahí está, orgulloso de su panettone. La sfogliatelle es una pieza de pastelería tradicional napolitana en forma de concha, hecha de capas finísimas de masa crujiente y rellena de una crema de ricotta con sémola, cítricos y especias. Una auténtica bomba.

Bocadillo en Monti Lattari

La idea de estos tres vídeos es probar productos y platos icónicos de la gastronomía napolitana y hemos empezado por todo lo alto. Otra de las paradas obligadas son las salumerias, pequeñas tiendas de barrio abarrotadas con pasta, conservas y, sobre todo, productos de charcutería italiana. En la mayoría de ellas, te preparan bocadillos al gusto. Monti Lattari es una de las más conocidas. Me dejé aconsejar y me lo hizo de prosciutto, mozzarella fior di latte intrecciato y melanzane a funghetto, un frito clásico de la ciudad que lleva berenjena, tomate, ajo y albahaca. Casi me quedo sin hambre para el resto del día, pero un profesional es un profesional.

Spaghetti con vongole Pescheria Azzurra

Las pescaderías napolitanas son muy peculiares, el pescado está expuesto a pie de calle sobre grandes bandejas metálicas, siempre humedecido con un hilo constante de agua para mantenerlo fresco. En algunas, como la Pescheria Azzurra, sirven mil maravillas con un producto que no puede ser más fresco. En la carta están todos los clásicos: la fritura de calamares y gambas; los paccheri pesto, cozze e pomodorino, pasta con pesto fresco, mejillones y tomatitos; los spaghetti allo scoglio, con almejas, mejillones, gambas y calamar; o los que me pedí, spaghetti con vongole. Sirven una versión con tarallo sbriciolato, la famosa rosquilla de almendras, salada, crujiente y un punto picante tan típica. Aunque excesivamente salados para mi gusto, estaban riquísimos y me gustó mucho la cerveza local, una N’Artigiana Bianca, del estilo blanche belga.

Margherita sbagliata en Pepe in Grani

Y, para cenar, había que peregrinar hasta la Meca de la pizza: Pepe In Grani de Franco Pepe. Considerada, si no la mejor, una de las mejores pizzerías del mundo. No las he probado todas, creo que hay más de doscientas mil. Ahora, no he probado una mejor. Fue algo más de una hora sin parar de llover hasta Caiazzo, el pueblo de Franco. Allí la lluvia dio un poco de tregua y permitió un breve paseo por las calles estrechas y empinadas que te llevan a la pizzería. Sirven un menú degustación que permite probar muchas elaboraciones, pero tenía claro lo que quería: una margherita sbagliata. Antes, un par de curiosidades, muy ricas aunque innecesarias, teniendo en cuenta lo que me esperaba: una pizza a libretto, con tomate, ajo, orégano y aceite de oliva virgen extra, y una bruschetta, una tostada con tomate fresco, orégano, ajo y aceite de oliva virgen extra.

Pizza Viandante en Pepe in Grani

Y por fin, la pizza icono de Franco Pepe, la Margherita sbagliata, que significa literalmente “Margherita equivocada”. En lugar de empezar con el tomate, sobre la masa va la mozzarella, así que es una pizza bianca durante el horneado. Después se añade passata de tomate riccio di Parma cruda y se acaba con un aceite de albahaca. Lo primero que llama la atención es la masa, que no es elástica como la napolitana tradicional, tampoco crujiente: es aromática y suave. El queso es abundante y el tomate dulce y sabroso. Una auténtica maravilla. Por probar algo más, me animé con una Viandante, con Mortadella IGP, ricotta de búfala DOP, pistachos, ralladura de limón y aceite de oliva virgen extra. Diría que está entre la frontera de una pizza y una coca, algo seca, pero muy rica también.

Crisommola del Vesuvio en Pepe in Grani

El postre no me lo quito de la cabeza. Algo espectacular. La crisommola del Vesuvio es un corte de pizza frita con ricotta de búfala DOP aromatizada con piel de limón, mermelada de albaricoque del Vesubio, avellanas tostadas, aceitunas deshidratadas de Caiazzo y menta fresca. Un final por todo lo alto. La clásica Margherita está a siete euros. No me digáis que no es algo extraordinario: una pizzería famosa en medio mundo que sigue con precios populares. Un auténtico tesoro.

ENTRADAS RELACIONADAS: Con Ana en Nápoles


¿Te ha parecido este, un artículo 5 estrellas? Déjanos tu valoración:

1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas (Ninguna valoración todavía)
Cargando...
Contacto lateral
close slider

    Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

    ACEPTAR
    Aviso de cookies
    Share This