¿Qué tal se come en Sónar de Día 2023?

Una nueva edición de Sónar de Día y aquí estamos de nuevo para ver qué tal se come. No es una edición cualquiera, son ya 30 años de festival y las cosas han mejorado mucho, también en lo que aquí nos interesa, que no es otra cosa que los que nos gusta meternos entre pecho y espalda.

Claro que la música está en el centro de la experiencia, pero está muy bien que uno se pueda dar un respiro sentado en una mesa con algo sabroso entre las manos. Este año las cosas son diferentes, la zona de food-trucks de Sónar de Día ha sido recolocada en una área cubierta y acondicionada, protegida del sol y el calor, y se agradece.

Están las hamburguesas Fileteando, los platos veganos de Hanna Vegan Food, los hot dogs de Chuchy, los tacos y quesadillas de Salsa, la cocina peruana de Lúcuma y Camote, los crepes de María Una Crep, los bocadillos cocinados en robata de Funky Sumo, la pinsa romana de Panzer8 o los helado italianos de Turin Gelato.

En la zona SonarVIP encontramos la cocina de los hermanos Max y Stefano Colombo, dos italianos que llevan más de 10 años en Barcelona cosechando éxitos con su cocina veneciana. A Sònar de Día llegan con la propuesta de dos de sus restaurantes, Fratelli Colombo y Can Pizza.

Empezamos con una ensalada de tomates y burrata, dos clases de tomates, ligeramente aliñados, una burrata fresca, unos tirabeques y acaban con un pellizco de sal y un chorrito de aceite de oliva virgen extra.

La pasta rallada, como debe ser, para que se empape bien con el pesto, que es suave y refrescante. Simplemente hay que mezclar bien.

La hamburguesa formada al momento, hecha en el horno de brasas, bien marcada. Sobre el pan, una especie de salsa tártara y, para acompañar, unas patatas con dos frituras, una primera que es casi un confitado y una segunda breve y potente, con un detalle importante, rompen las patatas antes de la segunda fritura, lo que genera más puntas y quedan mucho más crujientes.

Para las cuatro pizzas que ofrecen, tienen preparadas dos bases, una para los veganos, que acaban con berenjena braseada, y tres más, una de ellas pepperoni, que en realidad es chorizo. Ya han pasado por el horno, sino sería imposible, así que solo tienen que añadir el chorizo en rodajas y darle un golpe de horno antes de servir. De postres, tienen helados y opté por uno de pistachos.

Y a disfrutar. Una de las cosas que más me interesan de la experiencia Sònar de Día es cómo se gestiona la cocina en un evento así, como se resuelven las numerosas complicaciones, especialmente cuando hay mucho volumen. El ingenio de los cocineros es fundamental, si un plato se complica demasiado, hay que pensar en otro. Hay que tener presentes todos los detalles, qué se lleva ya preparado, qué se cocina al momento, como se transporte, cómo se almacena, cuánto tiempo se tarda en preparar, cuántas neveras necesitas, cuantos fuegos, son mil detalles. En esta ocasión contaban con dos hornos de leña para las pizzas y uno de brasas, para las hamburguesas. Una estación para ensaladas y postres, otra para las frituras, donde preparaban calamares, además de las patatas. Todo coordinado para que todo fluya.

La burrata me pareció una excelente idea, aguanta bien fuera de la nevera, de hecho, si no está muy fría es incluso mejor. La hamburguesa también estaba bien resulta, con ese punto ahumado tan característico que da el horno de brasas, con las patatas quedaba un plato completísimo. La pizza crujiente y tostada. Y, con estos calores, el helado de pistacho era realmente revitalizante. Bueno y ahora, voy a seguir con el doble espectáculo del Sònar, los artistas y su público. Este año solo habrá un vídeo porque todos los días es igual, así que si tenéis previsto ir mañana o pasado, ya sabéis lo que os podéis encontrar.