RESTAURANTE CHINO LA OLLA DE SICHUAN EN BARCELONA

El Restaurante La olla de Sichuan acaba de cumplir 10 años. Lo reformaron hace muy poco, así que está como nuevo.

Ubicado en el Eixample de Barcelona, su hot pot, ya sabéis, esta sopa que se sirve en el centro de la mesa en la que se cocinan diferentes ingredientes, es su plato más emblemático.

Fuimos un martes al mediodía. Lo primero que llama la atención al llegar es que hay mucho cliente chino. Suele ser buena señal. Curiosamente, piden otros platos. Supongo que el hot pot es para ocasiones especiales, dado que es todo un festival para dedicarle tiempo y disfrutar con tranquilidad.

El local es enorme, con un primer espacio con grandes ventanales y mesas pequeñas, cada una con su vitro para la sopa. Un segundo, más acogedor y mesas algo más grandes y al fondo, uno especial para grupos, con mesas enormes.

En la cocina solo se habla chino. Es relativamente pequeña, así que hay mucho movimiento. Destacan las grande ollas soperas, los espacios para cortar la carne, los woks con aceite y un enamore vaporizador para los dim sum.

Compartir un hot pot es de lo más divertido, más cuando es bufet libre y no hay prisas dado que nada se acaba. Cuando se comparte mesa y comida, en función del hambre y la educación de los comensales, la experiencia puede ser poco gratificante. Si no hay límite, los ánimos se tranquilizan. Eso sí, hay que pedir con responsabilidad, se trata de acabarse todo lo que se pide.

La carta es bastante larga, además de la olla de Sichuan, sirven pato al estilo de Pekín, una gran selección de dim sum y numerosos fideos y arroces salteados, además de carnes y pescados. Es una mezcla de cocina tradicional china, algo adaptada, y recetas originales fruto de años de experiencia. Podríamos decir que en Barcelona hay restaurantes chinos más auténticos, pero no son necesariamente mejores.

Si uno se decanta por el hot pot, las salsas, los vegetales y pasta y arroces están en un mostrador para ir cogiendo. El resto lo sirven en un carrito a demanda.

Lo primero que hay que hacer es marcar en una hoja las preferencias. El hot pot está a 21 euros por persona, aunque existe la posibilidad de pedir barra libre de cerveza o sangría por 28.

Todas las ollas están divididas en dos y puedes pedirla individual o para compartir. Así que podrías escoger hasta cuatro caldos para dos personas. Los hay de carne, thai, setas, ginseng o de Sichuan. Tanto la thai como la de Sichuan son picantes, aunque se puede elegir el grado. Pedimos una thai picante y una Sichuan muy picante.

Después hay que elegir entre una gran variedad de tofu, setas, algas, casquería, pescados, mariscos y carnes. La recomendación es ser más bien conservador, dado que uno siempre está a tiempo de pedir más.

Maridar los picantes con vino es casi imposible. En cambio, con cerveza es muy agradable. Nos pedimos un par de cervezas Tsingtao, una lager bastante fácil. El fabricante es el segundo productor del país y, sopresa sorpresa, fue fundado por colonos alemanes en 1903.

Para disfrutar el hot pot en su máximo esplendor es muy importante prepararse una o varias salsas. Se trata de sumergir los ingredientes en la sopa, dejarlos el tiempo necesario hasta que estén en su punto y, después, pasarlos por la salsa antes de comérselos.

Si uno le dedica el tiempo necesario, puede dar con la combinación perfecta. Ajo molido, cacahuete molido, crema de cacahuete, guindilla, cilantro fresco, cebolleta china, tofu fermentado, picante de papa wan, además de vinagres y sojas de diferente intensidad. Una vez más, uno puede servirse poco e ir probando diferentes versiones y la verdad es que las posibilidades son muchas.

Recomendaría que la combinación llevase algo de cacahuete, algo fresco, como el cilantro o la cebolleta y un punto picante al gusto.

Las sopas llegan enseguida y en pocos segundos empiezan a hervir. Ambas con una base de caldo de pollo, con muchas especias, predominio de la pimienta de sichuan y la guindilla en la de Sichuan y fuerte aroma de coco en la thai, ambas muy sabrosas.

A medida que vas añadiendo ingredientes, el sabor de la sopa también se va enriqueciendo, así que es importante el orden en que los añades, especialmente si vas a comer carne y pescado.

Además de los palillos, cuantas con una cuchara sopera y otra con orificios para rescatar los ingredientes que has ido añadiendo a la sopa. Es importante no añadir demasiados, luego cuesta rescatarlos, algunos se rompen y la cosa pierde gracia. Hay que disfrutar con tranquilidad.

Nos preparamos los vegetales y las salsas y nos pedimos tofu fresco y piel de tofu, oreja de judas, ternera, cordero, albóndigas de carne y pescado, gambas, almejas y langostinos. Dado que Ana no es muy aficionada a los productos del mar, empezamos por las verduras y las carnes y acabamos con el pescado.

Es un festival de sabores y texturas. Si vas en grupo, puedes asumir más riesgo, dado que lo que no le guste a uno puede entusiasmar a otro. Pero con tantas posibilidades, si uno conoce medio bien su paladar, seguro que acierta.

Hacía tiempo desde nuestra última visita. Antes, si pedías el hot pot, te traían un carrito con un poco de todo, así que te acababa sobrando una cantidad indecente. Ahora está todo mucho más ajustado y la experiencia ha ganado.

Nos lo pasamos muy bien. La próxima vez pediremos todavía menos cantidad y, si nos quedamos con hambre, ya repetiremos. También controlaremos mejor la intensidad de fuego, para que no se nos evapore tanto y creo que no podremos resistir a la barra libre, hay un tirador de cerveza del que te puedes ir sirviendo muy tentador. Tendrá que ser un día que no trabajemos por la tarde.

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