Comer por inercia, como rutina, con gesto mecánico, frente a una comida consciente, a la que se le presta atención.
Evidentemente, no todas las comidas que hago son trascendentales. La mayoría quedan en el olvido.
Cuando me tomo el café por la mañana, frente al ordenador, con el último sorbo, al ver el fondo de la taza, tomo consciencia de que me lo he acabado sin darme cuenta.
Es mucho más sano ser consciente. Parar y pensar una segundo. Dedicar algo de concentración, comer y disfrutar con cada bocado. Nada teológico, religioso o mágico, pero tampoco apático.
Cuando apetece una comida que deje poso y buen cuerpo, el Restaurante Informal es una excelente propuesta.
Está en The Serras Hotel, en el barrio Gótico de Barcelona, en el que fue el primer estudio de Pablo Picasso. Donde las estrechas calles del Gótico se abren al mar.
Un local largo y estrecho, con grandes ventanales que dejan pasar la luz y permiten una vista peculiar de la calle y su movimiento.
Al mando, Marc Gascons, estrella Michelin en Els Tinars, en Girona. Con una propuesta de cocina catalana, mediterránea, de temporada y proximidad, podríamos definirla como tradicional mejorada.
He contado en numerosas ocasiones que siempre he preferido cocinar en casa que ir a un restaurante. El motivo es sencillo, comer fuera para comer peor no tiene sentido.
Ahora, para ir con amigos o para probar platos diferentes o versiones mejores, entonces si.
Una de las cosas que no se pueden hacer en casa o saldría por un ojo de la cara y sería un desperdicio son los maridajes.
Disfrutar cada plato con un vino diferente siempre añade un plus a la experiencia, aunque ya sabéis de mi afición por la cerveza.
Empezamos con champagne, un ruinart brut y enseguida llegaron los aperitivos, pan de cristal con tomate, embutido y unas bravas, muy originales y de gran nivel. Para que os hagáis una idea, Edu, de bravasbcn.com las tiene en segundo lugar en su ranking.
Probamos en primicia una variación, con un primer bocado con jamón de Jabugo envuelto en la patata. Allioli suave y punto picante sutil en la salsa a base de tomate.
Seguimos con un Domaine Vacheron Sancerre 2017. Servido con uno de estos utensilios que permiten servir el vino sin descorchar la botella, ideal para los maridajes.
Los disfrutamos con las sardinas marinadas con aceite de oliva virgen, ajoblanco y cerezas. Un plato estéticamente impecable, con unas sardinas carnosas y ligeras y una combinación de sabores sutiles que combinan bien.
La coca de sashimi de ventresca de atún a la llama, tomate, Jabugo y mayonesa de albahaca es un bocado muy equilibrado. La base es crujiente, un punto etérea, los trozos de atún son relativamente grandes, de manera que conservan textura, va bien con el jabugo y los brotes tienen un punto picante agradable.
Llegó el arroz, un plato muy logrado, lo que más nos gustó. Seco, servido con un carpaccio de gambas y allioli suave. El arroz está hecho con un fondo de profundidad, un mar y montaña de sabor intenso. Si uno quiere la gamba más cocinada, no hay más que esperar un par de minutos, dado que el arroz conserva bien el calor, aunque no lo recomiendo.
Pasamos a un Joseph Drouhin Pouilly Vinzelles para el bogavante a la brasa, papada melosa, parmentier ahumada y ajo rustido. Otro mar y montaña potente. La carne del bogavante en su punto, gana con la grasa de la papada. La parmentier le da estructura y es una cucharada completísima.
Hace unos días estuve en la Cata del Barrio de la Estación, en Haro, dondes se concentran siete de las grandes bodegas riojanas. Entre otras cosa, disfruté de una cata dirigida por Sarah Jane Evans, Master of Wine.
Durante la misma, comenté con mis compañeros que me gusta el vino, pero no tengo la necesidad de ir más allá y menos de buscarle defectos. Los disfruto sin complejos.
Así saboree el Contino Viña del Olivo 2015, un Rioja que se llevaba muy bien con el carré de cordero con canelones de berenjena, piñones y parmesano. Un plato valiente, de sabor intenso a cordero, con una salsa espesa de mucha profundidad.
El siguiente maridaje, pide una siesta. Un gin tonic para acompañar a otro, el gin tónic star bombay, haba tonka, limón y frambuesa. Un postre ligero de textura y fuerte de sabor. La frambuesa es toda una sorpresa.
Para acabar, un Château Cousteau Cadillac 2015 con la manzana rustida, hojaldre, piñones y crema de limón. La manzana asada la sirven con algo de temperatura y contrasta perfectamente con el resto de ingredientes. La verdad es que lo piñones bien se llevan bien con casi todo.
De nuevo una gran experiencia gastronómica en el restaurante de un hotel. Ya sabéis, siempre es buena noticia que abran la oferta a los vecinos. Si es de este nivel, muchísimo mejor.
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A Restaurant (Hotel Neri, Relais & Châteaux, Barcelona)
Todo empezó en 2007. Mi tío, que por entonces nos divertía con su blog «Desde Mi Cocina», me envío un vídeo de Robert Rodríguez. Resulta que el conocido director de cine, en los extras de sus DVDs incluía vídeo recetas. Se le veía en casa, preparando una cochinita pibil. Era un formato informal, directo y breve, pensé que algo parecido podría funcionar en youtube. Subí mi primer vídeo, una receta de tortilla de patatas, se hizo viral y aquí seguimos. Desde Tarragona, compartiendo recetas y experiencias gastronómicas de todo tipo.