Después del «Cosas que hacer en Los Angeles cuando tienes hambre» vamos con San Francisco. Es menos completo, pero tiene su punto de interés. A ver qué os parece.

Tartine Bakery 600 Guerrero St, San Francisco, CA

Pan en Tartine Bakery

San Francisco es una de las ciudades que más me gustan. A pesar de ser enorme, muchos barrios se pueden pasear con tranquilidad. Cada uno con su personalidad.

En general, es una ciudad cara, como casi todas las grandes ciudades. Aunque se puede comer de muchas maneras. A ver qué os parecen estas cuatro propuestas.

Tartine Bakery es una de esas visitas que deja un sabor agridulce. Está en todas las guías, así que, en hora punta, las colas son eternas. Pan, pasteles y bollería elaborados allí mismo. Todo excelente. Aunque no lo suficiente para compensar la cola, el trato y los precios.

El local está dividido en dos espacios. Por un lado está el obrador, con ventana a la calle, con lo que puedes ver como trabajan. Y, en el otro, haciendo esquina, con grandes ventanales, está la cafetería. Un sitio más bien pequeño, aunque la mayoría de la gente pide para llevar.

Entre semana, abre de siete y media a siete y, los fines de semana, de ocho a ocho.

Cuando viajamos, procuramos no adaptar nuestro horario del todo a las costumbres locales, así evitamos aglomeraciones con relativa facilidad. Cola hicimos, pero fue breve y sirvió para decidir lo que pedíamos. La cola se hace en paralelo al mostrador, donde están expuestas la mayoría de elaboraciones. Lo normal es que la gente pida para llevar, así que la cola avanza con relativa rapidez.

Ana dudo bastante. Entre bollería, panes de todo tipo, pasteles, tartas, galletas y sándwiches calientes, no lo tenía fácil. Finalmente, se decidió por una porción de bizcocho de chocolate y un mini bollo de coco. Yo lo tenía claro, una napolitana.

El bizcocho era muy sabroso. Estaba algo seco, pero entre sorbo y sorbo de café, era un buen maridaje. La napolitana enorme, con mucha miga y un buen chocolate. El detalle de coco no lo probé, pero a Ana fue lo que más le gusto. Los cafés correctos. Por todo, 19,60$, una barbaridad.

Una pregunta que nos hacemos cuando estamos de vacaciones, ¿iríamos si viviésemos allí? Y muchas veces la respuesta es no. Pagar 5$ por una napolitana es exagerado, aunque la experiencia nos gustó.

St. Francis Fountain 2801 24th St, San Francisco, CA

2 eggs over easy, light rye, bacon, spuds, melted cheese, salsa, sour cream & green onions! en Francis Fountain

La zona centro de San Francisco es relativamente pequeña. La visita por barrios se puede hacer paseando. Mission District es de los más interesantes. Sufre la gentrificación pero todavía conserva su cultura latina, especialmente en la 24.

Entre taquerías y cafeterías hipsters, sobrevive desde 1918 St. Francis Fountain. Es el estilo que nos gusta para desayunar. Abierto de ocho a tres, ofrecen desayunos abundantes con café ilimitado, además de ensaladas, hamburguesas, batidos o helados.

Al sentarte, llegan con el agua y los cafés y dejan que des un repaso a la carta con tranquilidad. Los fines de semana, ofrecen huevos florentine, benedict, blackstone, valerie y sandhya, pero era entre semana.

Como es habitual, puedes elegir el pan, masa fermentada, trigo o centeno. O sustituirlo por un muffin inglés, unas galletas, pan de maíz o pan de plátano. Ana se pidió unas tostadas de pan de centeno con mantequilla.

Me gusta que te den opciones sobre un mismo plato. Los huevos los puedes elegir duros, fritos, poché, en tortilla… Opté por over easy, es decir, con una vuelta rápida. También decidí completar las patatas con queso fundido, salsa, crema agria y cebolleta picada. No debería haber pedido el beicon, ya que el plato ya es muy abundante.

Siempre me ha gustado la mezcla de ingredientes cocinados con ingredientes crudos. Por ejemplo, añadir a un taco de carne algo de cebolla, rábanos y cilantro le da una frescura espectacular. Lo mismo les pasa a estas patatas, que ganan mucho con la salsa y la cebolleta picada.

Una de las especialidades más habituales en los combinados son las hash browns, unas patatas preparadas en la plancha después de haberse rallado.

Ana se conformó con unas tostadas y algo de fruta fresca. Un buen desayuno antes de patearse la ciudad.

Bi-Rite Market, 3639 18th St, San Francisco, CA

El Italian de B-Rite Market, con salami, mortadella, capicola, provolone, pepperoncini, red onion, aioli en soft roll

Mientras esperaba con las bicicletas, Ana compraba un par de sándwiches en Bi-Rite, una tienda en la que ofrecen productos que llegan directamente de productores, artesanos y agricultores. Una propuesta sostenible que, además, es de una gran calidad.

Situada en el 3639 de la 18, en San Francisco, junto a Dolores Park, es una opción muy recomendable si estás de visita en la ciudad. Sus bocadillos, al estilo de los clásicos delis, son ideales para llevar y sentarse en el parque a disfrutarlos. Lamentablemente, desde hace un par de años, no se puede consumir alcohol en el parque.

Está muy cerca de B-Rite, el supermercado cuyos sándwiches si mercen un desplazamiento. Recordaréis que hicimos una versión de su italiano. Su filosfía, con producto de proximidad muy cuidado, te llena el estómago y un poquito el corazón. Perdón por la cursilada.

Nos pedimos un italiano, con salami, mortadella, capicola, provolone, pepperoncini, cebolla roja y allioli con pan blanco suave y un clásico de pavo con lechuga, tomate, cebolla, pepinillos, provolone, allioli y mostaza dijon con pan integral.

Los envuelven una vez, los cortan por la mitad y los envuelven de nuevo, perfecto para llevar y después compartir. No es algo que hagan solo allí, en cualquier supermercado un poco grande, sirven este tipo de bocadillos, aunque no tan ricos.

Una alternativa a Dolores Park, aunque no esté cerca, es el Golden Gate. A medida que uno se acerca al puente, desaparece el tráfico y se abre paso un camino que recorre la costa, entre la playa y zonas ajardinadas en las que hay mesas y barbacoas.

Si no es fin de semana, es una zona muy tranquila. Suele hacer algo de viento, pero no es desagradable.

A pesar del paseo, los bocadillos aguantan bien. Cuando untas el pan con algo graso, como la mayonesa, evitas que quede húmedo. Son bocadillos sabrosos, muy jugosos. Al ser un pan blando, son muy agradables.

Taqueria Vallarta 3033 24th St, San Francisco, CA

Unos tacos de la Taqueria Vallarta

Una de las mejores cosas que se pueden hacer andando en San Francisco es pasear por el Mission District y disfrutar de sus murales. Enormes, coloridos, de temáticas variadas y con mil detalles.

En las callejuelas entre la 24 y la 25 hay muchos de todo tipo. Es el barrio latino. La gentrificación ha golpeado con fuerza, pero sigue conservando su autenticidad. Si estáis en noviembre, no os podéis perder las procesiones del Día de los Muertos.

Además de tiendas, supermercados y panaderías de producto latino, con predominio del mexicano, hay taquerías por todas partes.

El formato nos gusta mucho. Hay dos opciones básicas. O platos o tacos al vapor. Burritos, quesadillas, enchiladas, fajitas, tamales, chilaquiles… Sirven de todo.

Somos más de tacos. En la Taquería Vallarta los pides en una barra al entrar. Hay mucho donde elegir. Barbacoa, pansita, carnitas, chorizo, carne asada, al pastor, lengua, cabeza, pollo asado, buche, tripita, suadero y carnitas.

Hicimos dos rondas, así que al final pedimos ocho. Una vez servidos, puedes pedir cebolla asada y añadir cebolla, cilantro, rábano y lima, además de las salsas.

Uno de los detalles que más nos gustan es que, con el pedido, te sirven un plato de nachos. Para aliñarlos, en una esquina, hay un carro con salsas. Roja, verde, pico de gallo, guacamole… Todas ricas.

El ambiente es pintoresco. Predomina el público latino, pero lo cierto es que hay de todo. Muchos piden para llevar, otros se acomodan frente al televisor. Nosotros preferimos quedarnos frente a la cocina. En las cocinas abiertas siempre se aprende algo. Es un ejercicio de transparencia que se agradece.

Uno no puede saber qué tipo de carne se ha utilizado. Por el precio de los tacos, no puede ser de una gran calidad, pero, si uno pide con prudencia, es un menú bastante sano. Carnes asadas al vapor y verduras crudas.

Nos gustaron especialmente los tacos al pastor y las carnitas. Repetimos de nachos, poder disponer de las salsas a tu gusto es todo un lujo.

Si uno excluye las cadenas de fast food, los tacos son la opción más barata para comer en San Francisco, más si uno tiene en cuenta que no se suele dejar propina. De hecho, se sorprendían cuando lo hacías.

Probamos alguna taquería más. Esta es la que más nos gustó.

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