En Da Michele sirven la mejor pizza napolitana de Barcelona. También es cierto que es la única pizzeria donde la elaboran como en Nápoles. La cracterística principal es que es de masa fina y blanda, con bordes que recuperan la forma tras presionarlos, lo que se consigue con una doble fermetanción muy larga.
La margarita, desde mi punto de vista la pizza más auténtica, se elabora con bastante tomate y poca mozzarela. Con unas hojas de albahaca frescas añadidas antes de meter en el horno y rematada con un chorrito de aceite de oliva virgen extra.
No llegará a estar dos minutos en el horno de leña, con lo que la mozzarella conserva textura y la base queda con manchas quemadas que le dan un tostado muy aromático.
Además de la margarita, pedimos una con doble de mozzarella, algo más grande y menos equilibrada.
Me quedo con la de siempre, la que representa la bandera italiana con el rojo del tomate, el blanco de la mozzarella y el verde de la albahaca.
El local es algo frío. El horno está en la entrada, a la vista. Después hay dos espacios. Un primero más informal, con mesas de mármol y otro al fondo, con manteles de tela y mejor mobiliario. La carta es larga e incluye la pizza fritta, creo que debe ser el único sitio en Barcelona donde se puede probar.
Lo que en Nápoles nos hubiera costado 13, en Barcelona salió por 25,50 €. En cualquier caso, sigue siendo una buena relación calidad precio.
Además de Barcelona, han abierto pizzerías en Roma, Milán, Londres, Tokio y Fukuoka. Como os podéis imaginar, como la original, ninguna. L’Antica Pizzeria Da Michele, conocida como il Tempio Sacro della Pizza abrió en 1906.
Tienen una carta corta, de las que me gustan. Puedes pedir margherita y marinara en tamaño normal o pequeño, con la opción de pedir doble de mozzarella. De beber, solo Cocacola, Fanta, cerveza o agua. Las pizzas, entre cuatro y cinco euros y las bebidas a dos. Una maravilla.
No es la mejor pizza de la ciudad, pero está en el top diez. Es histórica, emblemática y auténtica y eso la sitúan por delante de muchas otras. Hay que evitar la hora punta, pero vale la pena hacer algo de cola por probarla.
Allí pedimos dos margheritas. La normal es enorme, con las características clásicas de la pizza napolitana. Una masa blanda, con bordes chiclosos, y un sabor intenso a tostado, el tomate dulce, la mozzarella cremosa. No podía faltar la albahaca fresca y el remate con el chorrito de aceite de oliva. Nunca tan pocos ingredientes dieron tan buen resultado.
Si no habéis probado la versión napolitana y estáis en Barcelona, no es lo más auténtico, pero si lo que más se parece.
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Todo empezó en 2007. Mi tío, que por entonces nos divertía con su blog «Desde Mi Cocina», me envío un vídeo de Robert Rodríguez. Resulta que el conocido director de cine, en los extras de sus DVDs incluía vídeo recetas. Se le veía en casa, preparando una cochinita pibil. Era un formato informal, directo y breve, pensé que algo parecido podría funcionar en youtube. Subí mi primer vídeo, una receta de tortilla de patatas, se hizo viral y aquí seguimos. Desde Tarragona, compartiendo recetas y experiencias gastronómicas de todo tipo.