Cada vez es más interesante viajar en temporada baja. Hemos pasado de destinos que cerraban los meses de frío a tener oferta casi todo el año. Si acompaña el tiempo, es casi irresistible.
Ayer, en Mallorca, hacía un día espectacular. Me invitaron los organizadores de TaPalma, una ruta de tapas y cócteles que se celebra entre el 15 y el 19 noviembre y en la que participan más de cuarenta establecimientos.
Llegué pronto, con tiempo para desayunar. Lo tenía claro, quería una ensaimada. Pocos sitios pueden presumir de tener una elaboración sofisticada y popular al mismo tiempo. Desde mi punto de vista, la ensaimada está a la altura de cualquier croissant y muy por encima de un donut, por ejemplo.
En su día hice, un vídeo dedicado a las mejores ensaimadas de Palma. Esta vez, alquilé un coche para poder salir de la capital.
C’an Salem C/ Laberint, 16, Algaida
Tras una búsqueda rápida, C’an Salem destacaba por todas partes, así que me acerqué a Algaida para disfrutar de sus ensaimadas.
Jaume Oliver, además de gran pastelero, es casi un activista de la ensaimada. Defiende su elaboración tradicional, algo que, desafortunadamente, se está perdiendo.
Al entrar en C’an Salem, a mano derecha, están expuestas todas las elaboraciones. Ensaimadas, panades, cocarrois, cremadillos, croissants y demás tentaciones para golosos.
Como es habitual, puedes pedir la ensaimada con o sin azúcar. Tiene que ser para llevar, dado que es una pastelería.
Para disfrutarla, me acerqué al Hostal d’Algaida. A la entrada del pueblo, es el típico establecimiento abierto todo el día. Cocina tradicional mallorquina y, como no, las elaboraciones de Jaume Oliver.
Me pedí otra ensaimada, así podía llevarle una a Ana, y un americano. Lo disfruté al sol. Se estaba de maravilla. Tuve que tirar de memoria de paladar para compararla con el resto. Es una ensaimada suave, ni muy dulce, ni muy grasienta, y se disfruta del primer al último bocado como un todo. Es decir, que la valoras una vez acabada, dado que al principio puede parece un poco seca o un poco sosa, pero con cada mordisco gana en intensidad y acabas muy satisfecho.
El cremadillos es un fuera de categoría, una pasta hojaldrada rellena de crema y pasada por el soplete. Crujiente, cremosa, dulce, riquísima. Muy recomendable.
LA PARADA Plaza de España, 6
No fue fácil elegir entre los cuarenta bares, restaurantes y coctelerías que participan en TaPalma. Más sin tener muchas referencias. Al final me decidí por los más modernos, para tomarle el pulso a la situación actual.
Empecé en La Parada, un café restaurante junto a la Estación Intermodal, en pleno centro de la ciudad. Un local enorme, con dos espacios, una cafetería abierta con una amplia terraza y, separado por una cocina abierta, un comedor amplio, de techos altos y decoración cuidada.
No es el sitio al que vas a tomarte una tapa, pero esta es precisamente la oportunidad que ofrece este tipo de rutas. Una manera de probar locales a los que no has ido en una visita fugaz. Por eso es importante que, con la tapa, se refleje el tipo de cocina que se ofrece y no intentar hacer algo excepcional o por encima de las posibilidades del local.
Empecé el tapeo con un mini bocadillo con un brioche con tinta de calamar y después un original pastrami de atún, con salsa tártara y rúcula. Tierno, con sabores bien contrastados que funcionan bien.
La tapa está en todas partes a 2,50.
MERCAT 1930 Av. Gabriel Roca, 22
Como no quería perder mucho tiempo en desplazamientos y en el Mercat 1930 se concentraban diez de los participantes, decidí quedarme allí. Es un local enorme, con pequeñas barras, cada una con una oferta bien diferenciada. Hamburguesas, tortillas, sushi, embutidos. Un formato que cada vez es más popular y que te permite disfrutar de un plato en particular sin quedar atado al resto de la carta.
Empecé en Eggskisitas, barra especializada en tortillas y elaboraciones a base de huevos. Presentaban una tortilla desestructurada con un huevo poché, cebolla caramelizada, patatas pochadas y jamón serrano. Una ración abundante servida en capas, coronada con un huevo poché, del que puedes elegir el punto. Después, una capa de jamón bien picado y, finalmente las patatas mezcladas con la cebolla caramelizada.
El Mercat 1930 abrió a mediados de agosto, con la temporada muy avanzada. Para ser un miércoles estaba muy animado, con un público mayoritariamente local.
Tras la tortilla, me animé con el tartar de De cabo a rabo. Barra especializada en embutidos y quesos, sus conos de Jamones Carrasco son muy populares.
El tartar de longaniza de payés, un embutido curado, es una idea divertida. Con los clásicos, las alcaparras y el pepinillo, también incluía cebollino fresco y jengibre y estaba aliñado con salsa kimuchi, la salsa japonesa a base de verduras y pescado, que le daba un toque original.
Turno para Sa Trigo, barra donde el protagonismo es para las especialidades italianas. Una porchetta enorme presidía la barra que estaba acompañada de otros embutidos clásicos.
Su tapa, una focaccia con caponata, el clásico sofrito de verduras siciliano que en este caso llevaba pimiento rojo, cebolla, berenjenas y calabacín y además, la porchetta.
Si lo recordáis, es la elaboración a base del costillar del cerdo, incluyendo la panceta, que se aliña con diferentes hierbas, con predominio del hinojo, que después se ata formando un cilindro y después se hornea durante bastantes horas a baja temperatura. El resultado es parecido a un embutido y ha sido una manera tradicional de conservar la carne.
Aunque había más donde elegir, decidí acabar con la mini hamburguesa de Burger Doze. Además de la pequeña barra en el Mercat 1930, tiene un local en Llucmajor. Su especialidad, las hamburguesas de todo tipo de carnes, ibéricos, cordero, avestruz…
Su tapa, una hamburguesa de ternera, con lechuga, bacon, cheddar y cebolla, aunque la mía la sofisticaron algo más. Las hamburguesas con sobrasada siempre me han parecido una excelente idea, aunque no se puede abusar.
LA MOLIENDA C/ Bisbe Campins, 11
Estaba algo saturado después de tanta tapa, pero no podía marcharme de la isla sin un buen café de especialidad. Hice una búsqueda rápida y apareció La Molienda, una pequeña cafetería, con su La Marzocco y sus buenos baristas. El interior es pequeño pero muy abierto y, además cuentan con una buena terraza.
Me pedí un flat white, ya sabéis, un café doble con leche, en este caso, fresca de Menorca. Elaborado con precisión, con la leche bien montada, potente, como suele ser. Un sitio muy recomendable.
Bien, fue una visita relámpago pero muy interesante.
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Todo empezó en 2007. Mi tío, que por entonces nos divertía con su blog «Desde Mi Cocina», me envío un vídeo de Robert Rodríguez. Resulta que el conocido director de cine, en los extras de sus DVDs incluía vídeo recetas. Se le veía en casa, preparando una cochinita pibil. Era un formato informal, directo y breve, pensé que algo parecido podría funcionar en youtube. Subí mi primer vídeo, una receta de tortilla de patatas, se hizo viral y aquí seguimos. Desde Tarragona, compartiendo recetas y experiencias gastronómicas de todo tipo.