¡Hola! Esta será la última del año. Una clásica. Más para un fin de semana de febrero que para estas fechas. Soy más de la pizza clásica. Para de vez en cuando y así evitar dejarse llevar por la rutina, está muy bien. Una vez, mínimo, hay que probarla.

Como os podéis imaginar, hay muchas versiones de la pizza blanca. La cosa es que no lleva tomate. En esta ocasión, sin mozzarella, con ricotta, parmesano y burrata. Festival quesero. A ver qué os parece.

Imagino que será el último post del año. Soy poco de balances. Como curiosidad, los post más vistos, claramente porque google lo ha decidido así, son el lenguado a la menier, los mejores bares de pintxos de Bilbao y los mejores cachopos de Oviedo. A ver qué novedades trae el 2017. Espero que lo disfrutéis.

Os dejo aquí la receta. Abrazos.

Pizza blanca

Ingredientes

Masa para 4 pizzas:

  • ½ l de agua
  • 800 g de harina 00 aprox.
  • 50  g de sal
  • 2,5 g de levadura

Por pizza:

  • 250 g de masa
  • 75 g de ricotta
  • 50 g de parmesano
  • 1 burrata
  • 4 hojas de albahaca
  • Aceite de oliva virgen extraAceite y sal

Instrucciones

  1. Aunque en la receta hago una versión algo más rápida, siempre es mejor la clásica, así que vamos a ella. En un bol ponemos el agua a temperatura ambiente, añadimos la levadura y la disolvemos. Después, añadimos un poco de la harina y removemos hasta tener una mezcla homogénea bastante líquida. Vamos añadiendo harina hasta que la mezcla no absorbe más. En ese momento, la ponemos en la encimera y amasamos diez minutos. Dejamos reposar 20.
  2. Pasado ese tiempo, añadimos la sal y amasamos otros diez minutos. La ponemos en un bol, cubrimos con un paño húmedo y la dejamos en la nevera hasta el día siguiente.
  3. Pasadas un mínimo de ocho horas, hacemos cuatro porciones. Formamos bolas enrollando la masa sobre si misma y doblando hacia dentro después. Cerramos bien para que no se escape el aire, haciendo círculos y presionando ligeramente sobre la encimera. Las dejamos reposar, una segunda fermentación, entre una y dos horas.
  4. Pasado ese tiempo, hacemos un montoncito de harina sobre la encimera y enharinamos bien la masa por fuera. Después, presionamos con los dedos, de dentro hacia afuera, girando la masa para que permanezca la forma circular y desplazando el aire del centro a los bordes. Después, nos ayudamos del rodillo, siempre del centro hacia fuera, hasta extender la masa bien fina.
  5. Cuando está bien extendida, añadimos la ricotta y el parmesano rallado, unas hojas de albahaca y, finalmente, un chorrito de aceite.
  6. Hemos precalentado el horno a máxima temperatura con calor arriba y abajo. Si tenemos piedra, la hemos dejado entre media y una hora. Sobre la piedra, o sobre la base del horno, ponemos la pizza y lo dejamos hasta que quede bien dorada. Una vez está lista, la rematamos desmenuzando la burrata por encima.

Tiempo de preparación: 35 minuto(s)
Tiempo de cocción: 15 minuto(s)
Número de comensales: 4

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