LA COVA FUMADA EN LA BARCELONETA

La cocina sin complejos, sencilla, de sabores fácilmente reconocibles se reivindica constantemente, pero es difícil que funcione. La gente quiere platos para instagram.

Sin embargo, La Cova Fumada resiste y su popularidad es tremenda. Probablemente gracias a los turistas con ganas de algo de autenticidad.

Hay que ir a probar, aunque sea una vez, sus pequeñas raciones para compartir de clásicos de la Barceloneta. Siempre está a tope, pero te tratan de maravilla.

Su plato más emblemático, la bomba de la Barceloneta. Un relleno ligero, con un allioli valiente y una brava no muy picante, aunque se puede pedir más fuerte.

Además, probamos un pan sin complejos, untado con allioli como si no hubiera un mañana o un hoy por la tarde. Rebanada de pa de pages bien tostada.

Una ensaladilla tan simple como rica, con solo cinco ingredientes. Patata, huevo duro, atún, zanahoria y mayonesa o, más bien, allioli.

Un cap i pota tremendo. Gelatinoso, grasiento, de carne melosa, como para pegarse un baño envuelto en una rebanada de pan de molde.

Unos garbanzos salteados con morcilla y rematados con unos piñones de verdad. Otra vez la sencillez. Para qué más.

Y unos recortes de sepia, sabrosísimos. Ana dijo sonriente un “como los de mi madre”.

Fue una visita inesperada, después de una grabación fallida. Así que sin pulir. Improvisada, habría que volver para hacerlo mejor. Veremos.

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