Langer’s Deli & Restaurant 704 S Alvarado St, Los Angeles, CA

Entre el pastrami de la Costa Este y de la Costa Oeste no hay debate. En Nueva York hay mucha más tradición. Solo quedan 15 delis de los históricos, pero encuentras pastrami de calidad en muchos otros sitios.

Si se trata de comparar Langer’s, en Los Angeles, y Katz’s, en Nueva York, la cosa se complica. Son dos versiones del mítico sándwich de pastrami con diferencias sustanciales.

Langer’s Deli se fundó en 1947 en el distrito del MacArthur Park en downtown Los Angeles. Pero no fue hasta la década de 1960, que su #19 alcanzó la fama. Un sándwich de pastrami caliente, con pan de centeno, ensalada de col y queso suizo, aliñado con salsa rusa.

La degradación del barrio en los 70, conocido entonces como el paraíso de la droga, fue la etapa más dura de su historia. Afortunadamente, la apertura de la estación de metro de Alvarado en 1994, revitalizó la zona atrayendo a nuevos clientes.

Abierto de ocho de la mañana a cuatro de la tarde, de lunes a sábado, el local esquinero es bastante grande. Con un estilo clásico. Te acomodan al llegar y te atienden en la mesa, rellenándote el café o el vaso de agua a demanda. No hay derroche de simpatía, el trato es simplemente correcto.

Vamos con lo importante, su mítico #19. Pan de centeno cortado al momento, una crujiente ensalada de col aliñada en su justa medida, una buena loncha de queso semifundida por el calor del protagonista, el pastrami, fileteado con precisión, con intenso aroma de humo, un punto dulce y especiado, acompañado de medio pepinillo que no podía faltar. Un bocado completo, tierno, sabrosísimo y muy equilibrado. Todo por $17.95.

Katz’s Delicatessen / 205 E Houston St

Si hay un deli famoso en el mundo entero es Katz’s. Inmortalizado varias veces, la más recordada es la escena entre Meg Ryan y Billy Crystal en Cuando Harry encontró a Sally (1989), con el famoso orgasmo fingido.

En Houston Street, Nueva York, desde 1917, su historia se remonta a 1888. Barrio de inmigrantes de tradición judía, en una época sin una red de transportes desarrollada, enseguida se convirtió en punto de encuentro.

Vivió su época dorada en los 60, con el boom de los teatros de la segunda avenida y, aunque ahora han pasado a mejor vida, sigue estando en una zona atractiva de la ciudad.

Viernes y sábado abren 24h, el resto de días de ocho de la mañana a once menos cuarto de la noche. El servicio es muy de fast food, pero consiguen que te sientas a gusto. Forman un pasillo en la entrada que recorre la barra donde pides, te sirven y pagas al final. Después de acomodas donde haya sitio.

Nadie te mete prisa y comes disfrutando del espectáculo. La cosa va de eso y de su pastrami.

Los más parecido al #19 es su reuben con pastrami. El clásico sándwich con queso suizo y chucrut, además de la salsa rusa. Lo sirven acompañado de pepino curado y pepenillos.

El sándwich es enorme, bastante más grande que el de Langer’s. El corte es el clásico brisket. Curado en salmuera con una mezcla de diferentes especias y sal nitro, lo que le da el característico color rosado. Después ahumado, cocido y calentado al vapor. Un proceso que lleva semanas.

El resultado es jugoso y tierno, también con intenso aroma de humo. Con el chucrut, la salsa y el pan de centeno, es una combinación que funciona muy bien aunque, por el tamaño, cuesta dar un bocado. Todo por $22.45.

La diferencia sustancial está en la carne, más delicada la de Langer’s. Si tengo que elegir, me quedo con el ambiente de Katz’s y con el pastrami de Langer’s.

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