¡Hola! Hace unas semanas, nos entraron a robar a casa. No fue algo grave, porque todavía estábamos con las obras y se llevaron poca cosa. Además, los desperfectos los cubrió el seguro.

El caso es que, en un momento dado, fui consciente de que era mi primera relación con la policía (Mossos d’Esquadra) como víctima.

De chaval, tuve mis más y mis menos con algunos. Especialmente por la noche, cuando les daba por hacer alguna tontería, como rociarnos con gas lacrimógeno o chulear cuando veían que lo estabas pasando bien y ellos no.

De adulto, me han parado un par de veces para soplar. Las dos veces fue negativo. Y una vez por exceso de velocidad, un martes volviendo del cine. Iba a 100 y debía ir a 80.

Dadas mis relaciones previas y el papel histórico que ha jugado la policía, nunca he confiado mucho en ellos.

Dos excompañeros míos de clase, son ahora policías. Uno es municipal en Tarragona. Un día me lo encontré en la calle y no sé muy bien como surgió el tema, pero me dijo literalmente: «Es curioso, los moros siempre se nos caen en comisaría». Se quedó tan tranquilo.

El otro, que es mosso d’esquadra, cuando le cuestiono su comportamiento (han sido condenados por tortura, han abusado de las pelotas de goma y, ahora, al parecer, también se dedican a asesinar gente) me dice que no vemos el día a día y que, cuando los necesitemos, correremos en su ayuda.

Faltaría más. Pagamos impuestos. Les pagamos el sueldo. Están para cuando les necesitemos. Claro que podemos ser críticos con ellos y luego exigirles que cumplan con su obligación.

Eso es lo que me gustaría destacar, se puede y se debe ser muy crítico con ellos y, al mismo tiempo, muy exigentes cuando los necesitamos.

Si tenéis curiosidad, su papel en el robo se limitó a hacer un parte. Cuando el seguro se hizo cargo, lo dieron por cerrado. Soy consciente de que no podían hacer mucho más. Fueron amables y confesaron cierta impotencia ante este tipo de robos.

Bueno, os dejo ya con los callos. La materia prima tiene fama de económica, pero la tripa, el morro y la pata me salieron por 16 euros. Da para más de seis, pero tampoco es lo más barato del mundo. Espero que os gusten. Abrazos.

Callos a la madrileña

491CALLOSMADRILEÑA_BLIngredientes

  • 1 kg de tripa de vaca
  • 1/2 morro de vaca
  • 1 pata de vaca
  • 1 chorizo
  • 1 morcilla
  • 1 cabeza de ajos
  • 1 cebolla
  • 2 hojas de laurel
  • 2 cucharadas de pimentón dulce
  • 1 guindilla
  • 4 dientes de ajo
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal

Instrucciones

  1. Troceamos la tripa. Debe estar bien limpia. Se puede pasar por agua fría y frotarla bien para asegurarse.
  2. La ponemos en una olla grande y la cubrimos de agua. Ponemos la olla al fuego y dejamos que rompa el hervor para blanquear la tripa.
  3. Lo retiramos y lo colamos. Le pasamos agua para retirar posibles impurezas y lo ponemos de nuevo en una olla, que debe estar limpia, junto al morro, troceado, la pata, la cabeza de ajos cortada por la mitad, la cebolla entera, el laurel y la sal. Lo cubrimos de agua y lo dejamos a fuego lento durante tres horas.
  4. Pasado ese tiempo, añadimos la morcilla y el chorizo enteros y lo dejamos media hora más. El caldo debe reducir hasta ser una salsa algo espesa, así que podemos subir el fuego si es necesario.
  5. Diez minutos antes del final, picamos la guindilla y los cuatro dientes de ajo y los ponemos en una sartén con un chorrito de aceite de oliva y lo sofreímos junto al pimentón. Lo añadimos al guiso y, pasados los diez minutos, lo podemos servir.

 

Tiempo de preparación: 30 minuto(s)
Tiempo de cocción: 3 hora(s) 30 minuto(s)
Número de comensales: 6

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